Mesa redonda: “Ayer y hoy del mundo del costal” por José Vargas Espínola, D. Jesús Ramírez Castillero, D. Rafael Rodríguez Benítez y D. Antonio Salas MestaPresentado por Antonio J. Bonachera.  

En primer lugar, se rezan las preces iniciales y se da la bienvenida a los asistentes.

A continuación los miembros de la mesa exponen su extensa experiencia personal dentro y fuera de las trabajaderas, mundo al que cada uno llegó por vías distintas pero todos coinciden en tener hoy como algo fundamental en sus vidas.

Destacan la importancia hoy en día de hacer un seguimiento personal de las cuadrillas los 365 días del año, se busca que la gente se conozca, que compartan problemas y alegría, lo cual redunda en la unión de la cuadrilla a la hora de trabajar un paso. Consideran  fundamental que haya afición, compromiso y amistad debajo de los pasos; y por supuesto oficio.

También coinciden en que en una cuadrilla no puede haber estrellas y el único que manda y establece la jerarquía es el capataz, que debe tocar el paso en los ensayos lo mínimo posible, su labor debe estar alrededor del paso, estudiando el trabajo, corrigiendo lo que sea posible, y asumiendo llegado el caso la ingrata tarea de informar a los que por desgracia no dan el nivel para seguir abajo. No todo el mundo sirve, por mucho cariño y afición que se tenga, y hay que saber trasladarlo con mesura. En cuando a los costaleros, deben tener claro que no hay derechos adquiridos y hay que ganarse en puesto en cada trabajo, pelear por el sitio.

Sobre las relaciones con una hermandad y su fiscal de paso la cuestión es simple: la responsabilidad de la cuadrilla corresponde en exclusiva al capataz, sin condiciones ni presiones; cuando se salta esa barrera llegan los problemas y el momento de dejar un paso si no se consigue limitar las funciones de cada uno.

Y cuando llega el momento de la despedida la opinión es unánime: es muy muy difícil, aunque ellos cuentan con la ventaja de seguir vinculados a las cuadrillas desde fuera (aunque Jesús sigue abajo en dos cofradías).

Se termina con un mensaje de José a la cuadrilla pidiendo ganas de coger oficio, no dejar de aprender y buscar unión y amistad para trabajar juntos, y estar deseando que lleguen los días de meterse debajo.

Muchísimas gracias a todos por esta nueva oportunidad de aprender.

Por la transcripción, Antonio J. Bonachera.